La lapidación de una chica de 17 años de la secta yazidí -una antigua minoría religiosa kurda que venera al Diablo- ha recrudecido la violencia en el norte de Irak. Doaa Aswad Dekhil se enamoró de un musulmán y se convirtió al islam con la intención de casarse con él. De vuelta a casa, 2.000 personas de su pueblo, Bashika, cerca de la localidad de Mosul, observaron cómo un grupo de ocho o nueve hombres, presuntamente de su familia, la apedrearon hasta la muerte mientras un vecino anónimo grabó la escena con el teléfono móvil. Las imágenes no tardaron en colarse en Internet y lo que se ve en ellas pone los pelos de punta. Una chica morena vestida de rojo intenta evitar las piedras. Está cubierta por su propia sangre. La muchacha intenta levantarse, pero alguien la empuja y otra persona le machaca la cabeza con un trozo de hormigón. Todo indica que el asesinato tuvo lugar el 7 de abril pasado. la chica tardó 30 minutos en morir y que un líder religioso de la secta intentó acogerla en su casa. Los fieles pueden comer cerdo y beber alcohol, pero de ninguna forma pueden comer lechuga. Su religión -una mezcla de islam, judaísmo y cristianismo- tiene muchas reglas: los varones no deben arrancarse ni un solo pelo, ni lavarse, ni siquiera la cara, y las mujeres tienen que ir siempre de blanco, y no pueden aprender a leer ni a escribir. El azul es un color prohibido.
segunda-feira, 14 de maio de 2007
Tirania, Intolerância, Fanatismo
Como acredito na Liberdade, colectiva e individual, acredito que toda e qualquer tentativa, de toda e qualquer religião, no sentido de impor as suas prescrições internas a quem não pertence a essa confissão e no sentido de impor penas físicas e pecuniárias a quem violar essas prescrições, deve ser imediatamente eliminada.
A Liberdade é demasiado preciosa para ser deixada à mercê de quem não a ama.
Deixo-vos com extractos de uma notícia do El País:
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